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El alma de las bibliotecas y Centros de documentación es el bibliotecario/a. El ha sido y es, el nexo entre el saber aquilatado, conservado y organizado en las nobles arquitecturas y la comunidad. Tiene responsabilidades, objetivos y obligaciones…pero esa alma corpórea es merecedora de los derechos que como Trabajador de la Información le corresponden; Este es nuestro desafió profesional: Construír a partir de nuestra propia identidad una organización genuina para los Bibliotecarios
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jueves, 14 de octubre de 2010
La Biblioteca y la Escuela / Alfonso Reyes
domingo, 7 de marzo de 2010
No hay lugar para 580.000 chicos en las escuelas [argentina]
Son potenciales beneficiarios de la asignación universal por hijo
Las escuelas del país deberán enfrentar este año una demanda que nadie previó: unos 580.000 chicos de 5 a 17 años podrían solicitar vacantes si sus padres quisieran cobrar la asignación universal por hijo, creada por el Gobierno hace 4 meses. Pero no hay lugar para todos ellos, admiten funcionarios y confirman especialistas.
Mientras que en el Ministerio de Educación reconocen el problema, pero no dan cifras nacionales de cuántos chicos podrían solicitar un lugar en las escuelas -se promete tenerlas recién para junio-, ya hay estimaciones no oficiales de la situación.
"Hoy no hay capacidad para esa cantidad de alumnos nuevos. Es necesaria una política de transición, tener espacios educativos dignos en lo inmediato. Al mismo tiempo, para el sistema educativo es una oportunidad excelente de expandir el acceso a la educación", dijo Axel Rivas, director del área de Educación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). El especialista estima que la cantidad de potenciales nuevos alumnos es de 580.000.
La asignación universal por hijo surgió de un decreto presidencial que entró en vigor el 1° de noviembre pasado y plantea que, para poder cobrar la totalidad del beneficio -que es de 180 pesos- y no perderlo, hay que acreditar la escolaridad en el caso de los chicos de entre 5 y 17 años. El 20% del beneficio ($ 36) se retiene, se deposita en un banco y se cobra una vez al año, cuando se demuestra que el chico concurrió a la escuela y cumplió con el calendario de vacunación.
Esta nueva presión sobre el sistema educativo se suma a la mayor demanda de lugares en las escuelas del país por la universalización de la sala de 5 años, la obligatoriedad del secundario y la reforma que está haciendo la mayoría de las provincias para volver a la estructura de escuela primaria y secundaria, todos cambios establecidos por ley.
Soluciones transitorias
Las dificultades para ubicar a los chicos beneficiarios de la asignación universal por hijo ocupa en estos días a todas las provincias y fue tema de trabajo en las últimas cuatro reuniones del Consejo Federal de Educación, que reúne a los ministros del área de todas las provincias. "Donde hay más concentración de población y de pobres habrá más chicos para proteger el derecho de la educación". Perczyk[jefe de gabinete del Ministerio de Educación nacional] Sin embargo, al preguntarle su opinión sobre la cifra de 580.000 chicos que podrían solicitar una vacante, Perczyk dijo: "Es un desafío grande que tenemos como sociedad para que los chicos vuelvan a la escuela".
El otro nivel que más preocupa es el del secundario. "El gran desafío es tener en todos los lugares donde hay escuelas primarias también secundarias, por lo menos de acá a cinco años. En muchos pueblos, no hay oferta secundaria", indicó Rivas.
Otras medidas generales para los distintos niveles incluyen el aprovechamiento de infraestructura social y acuerdos con escuelas privadas.
A su vez, se sabe que hay personas que pueden no saber cómo acceder a la asignación universal o, incluso, que no saben que pueden solicitarla. Por eso, en los próximos días, el Ministerio de Educación anunciará que junto con 1000 organizaciones sociales, entre las que se encuentra Cáritas, saldrán a buscar por todo el país a 100.000 jóvenes para difundir la asignación y el requisito de la escolaridad para recibirla.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1240653
Las escuelas del país deberán enfrentar este año una demanda que nadie previó: unos 580.000 chicos de 5 a 17 años podrían solicitar vacantes si sus padres quisieran cobrar la asignación universal por hijo, creada por el Gobierno hace 4 meses. Pero no hay lugar para todos ellos, admiten funcionarios y confirman especialistas.
Mientras que en el Ministerio de Educación reconocen el problema, pero no dan cifras nacionales de cuántos chicos podrían solicitar un lugar en las escuelas -se promete tenerlas recién para junio-, ya hay estimaciones no oficiales de la situación.
"Hoy no hay capacidad para esa cantidad de alumnos nuevos. Es necesaria una política de transición, tener espacios educativos dignos en lo inmediato. Al mismo tiempo, para el sistema educativo es una oportunidad excelente de expandir el acceso a la educación", dijo Axel Rivas, director del área de Educación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). El especialista estima que la cantidad de potenciales nuevos alumnos es de 580.000.
La asignación universal por hijo surgió de un decreto presidencial que entró en vigor el 1° de noviembre pasado y plantea que, para poder cobrar la totalidad del beneficio -que es de 180 pesos- y no perderlo, hay que acreditar la escolaridad en el caso de los chicos de entre 5 y 17 años. El 20% del beneficio ($ 36) se retiene, se deposita en un banco y se cobra una vez al año, cuando se demuestra que el chico concurrió a la escuela y cumplió con el calendario de vacunación.
Esta nueva presión sobre el sistema educativo se suma a la mayor demanda de lugares en las escuelas del país por la universalización de la sala de 5 años, la obligatoriedad del secundario y la reforma que está haciendo la mayoría de las provincias para volver a la estructura de escuela primaria y secundaria, todos cambios establecidos por ley.
Soluciones transitorias
Las dificultades para ubicar a los chicos beneficiarios de la asignación universal por hijo ocupa en estos días a todas las provincias y fue tema de trabajo en las últimas cuatro reuniones del Consejo Federal de Educación, que reúne a los ministros del área de todas las provincias. "Donde hay más concentración de población y de pobres habrá más chicos para proteger el derecho de la educación". Perczyk[jefe de gabinete del Ministerio de Educación nacional] Sin embargo, al preguntarle su opinión sobre la cifra de 580.000 chicos que podrían solicitar una vacante, Perczyk dijo: "Es un desafío grande que tenemos como sociedad para que los chicos vuelvan a la escuela".
El otro nivel que más preocupa es el del secundario. "El gran desafío es tener en todos los lugares donde hay escuelas primarias también secundarias, por lo menos de acá a cinco años. En muchos pueblos, no hay oferta secundaria", indicó Rivas.
Otras medidas generales para los distintos niveles incluyen el aprovechamiento de infraestructura social y acuerdos con escuelas privadas.
A su vez, se sabe que hay personas que pueden no saber cómo acceder a la asignación universal o, incluso, que no saben que pueden solicitarla. Por eso, en los próximos días, el Ministerio de Educación anunciará que junto con 1000 organizaciones sociales, entre las que se encuentra Cáritas, saldrán a buscar por todo el país a 100.000 jóvenes para difundir la asignación y el requisito de la escolaridad para recibirla.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1240653
martes, 5 de enero de 2010
La revolución en la Escuela empieza por la Palabra
El cambio primero, el más abarcativo, el más importante será aquel que ponga al lenguaje -su ejercicio y su disfrute-en el centro de nuestras vapuleadas escuelas secundarias. Todos sabemos que hay que creerles a los poetas porque la verdad que encierra la poesía les viene de una comprensión clarividente. El escritor inglés John Berger en una poesía cuyo título es Palabras nos dice: La lengua / es la primera hoja de la columna vertebral / bosques de lenguaje la rodean / como un topo / la lengua / abre madrigueras en la tierra del habla / como un pájaro / la lengua / vuela en arcos de palabra escrita. / La lengua está amordazada y sola en la boca. Si como dice el poeta inglés, el lenguaje es la primera hoja de nuestra columna, entonces tenemos que afirmar que son las palabras las que nos ponen de pie. Las palabras son las que nos hacen dar nuestros pasos y avanzar por los caminos. Me gustaría poner el énfasis en esta idea y que este poema no se leyera sólo, aunque lo es por supuesto, como una bella construcción metafórica. Este texto de Berger encierra una verdad que los profesores de todas las materias deberíamos repetirnos cada día antes de entrar a clase: el lenguaje nos pone de pie y nos hace andar. Avanzamos gracias a nuestras palabras. Los docentes, aun más tal vez que los escritores incluso, tenemos que comprender la importancia que tiene el lenguaje para vivir. Lo decisivo que resulta en nuestras vidas, en la de nuestros alumnos. Tenemos que saber que todos nuestros pasos, para aquí o para allá, son unos u otros según sean unas u otras las palabras que pronunciamos o según sean unas u otras las palabras que preservamos en los silencios. Cabe entonces que nos hagamos algunas preguntas: ¿qué enseñamos los profesores en las clases de lenguaje? Más allá de los diseños curriculares, ¿cómo enseñamos la lengua? Más allá incluso de las grandes reformas: ¿qué buscamos los docentes, qué aprenden nuestros alumnos? Trabajamos en el aula con una cantera que está en constante actividad. La lengua es una masa que en su propia fermentación puede crecer y crecer. Sabemos mucho acerca del lenguaje pero a pesar de los estudios y las investigaciones, todavía no sabemos cuándo ni cómo nació. El enigma sobre su origen nos instala a su vez frente a una paradoja: el lenguaje, con el que construimos las explicaciones para las cosas más incomprensibles de este mundo, aún reserva para sí la explicación madre, su nacimiento. En cada clase, alumnos y profesores nos hundimos en un misterio que hasta ahora permanece indescifrable. Con la palabra establecemos diálogos con la historia, la filosofía, la ciencia, las religiones. Tratamos de esclarecer aquello que nos preocupa, nos deslumbra, nos resulta oscuro. Con la palabra intentamos dilucidar todo lo que se nos presenta como un misterio, pero hasta ahora es ella misma la que guarda para sí el secreto de su origen. Hablamos, pero no sabemos con certeza por qué lo hacemos. Desconocemos el primer paso, el mecanismo primero que operó en el hombre y articuló palabras en una boca. Los investigadores no se pusieron de acuerdo y hay distintas corrientes. Esas distintas líneas, que no acuerdan, ahondan el misterio. Sin embargo ese misterio es lo que nos sigue definiendo como especie. Tenemos, como otros seres en el universo, vida, pero somos los únicos seres que además de vida tienen habla. Somos los únicos animales de lenguaje, por lo que hay una relación de necesidad entre el hombre y las palabras. Y es ese misterio aún inexplicable la mismísima materia de la transmisión en el aula. A ese arcano entramos con nuestros alumnos en cada clase. Cada día rodeamos ese enigma y tratamos de abarcarlo. Pero, paralelamente, todos nosotros estamos ceñidos por el lenguaje, que tantas veces se nos presenta como un límite. Aunque esa limitación no nos impide que sea en la lengua justamente donde despleguemos, una a una, las capas de nuestra subjetividad. Alumnos y profesores trabajamos para desamordazar la lengua y rescatarla de la soledad en la que anida, recuperarla de la mudez que habita en cada boca. ¿Qué buscamos los profesores en nuestras clases? Intentamos que nuestros alumnos despierten la lengua de las bocas anestesiadas, le "entren" al lenguaje, que merodeen sus entrañas, que lo intuyan. Nuestros alumnos son sujetos que leen y construyen textos en el aula. Enuncian sus miedos y fracasos, opinan, piden, reclaman. La lengua transmite diferentes potencialidades. Por el lenguaje elaboramos complejísimas situaciones aun cuando estemos hundidos en el peor de los desasosiegos. La lengua nos permite salir de las experiencias más perturbadoras. Las palabras nos ayudan a abordar el inmenso enigma que es el yo, y también nos ayudan a acercarnos, aunque sea acercarnos, al misterio que siempre es el otro. El habla es un acto que debería conmovernos cada vez que se concreta. Tal vez la revolución más necesaria en las aulas sea la del lenguaje. El cambio primero, el más abarcativo, el más importante será aquel que ponga al lenguaje en el centro de nuestras escuelas secundarias, que haga de la lengua un eje en cada una de nuestras aulas. Por: Angela Pradelli Fuente: |
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