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domingo, 1 de septiembre de 2013

El fin de la Biblioteca de Alejandría


La historia del Museo y de la Biblioteca de Alejandría realmente debería haber acabado en el año 30 a.C. con la muerte de Cleopatra y el final del reino de los Tolomeos, incorporado al naciente Imperio Romano. Fueron ellos los que los crearon y sostuvieron por interés cultural y por razones políticas. Se trataba de conseguir el reconocimiento del carácter helénico del reino egipcio, que tenia una personalidad histórica y cultural muy acusada, y de ocupar, dentro del mundo de las letras griegas naturalmente, un puesto de primera fila, paralelo al que deseaban tener en política internacional. El que los reyes y las reinas fueran o terminaran, en general, siendo grandes aficionados a las letras, es algo más que una consecuencia natural de la existencia de una gran colección de libros y de la personalidad y fama de los poetas, filólogos y científicos que vivieron en el Museo. Es un determinante de la monarquía tolemaica.

La pervivencia de ambas instituciones hasta el siglo IV d.C., atravesando las peripecias naturales de un período tan largo, en el que se produjeron graves incidentes en la ciudad, cuyos habitantes, siempre fueron proclives a las revueltas callejeras, y que no volvió a ser ni la residencia de una corte rica ni la capital de un estado independiente, solo se puede explicar por el prestigio cultural de que gozaron. Los romanos las admiraron como monumentos tan increíbles como las pirámides.
Pero, por su estrecha relación con la dinastía, es explicable que se creyera la leyenda de la destrucción de la Biblioteca en los últimos años de la existencia del reino. Se trata del posible incendio de la Biblioteca y de la quema de algunos o la mayoría de los libros en la llamada Guerra de Alejandría, durante el ataque del general egipcio Aquila contra César, que se había hecho fuerte con escasas tropas en los recintos del palacio. El general romano ordenó incendiar unos barcos que había en el puerto para evitar que cayeran en manos de los egipcios, que, de adueñarse de ellos, cortarían la comunicación con el exterior y la posibilidad de recibir refuerzos. El incendio, avivado por un fuerte viento, podría haber alcanzado a algunas instalaciones de tierra, quemando libros depositados en el puerto, e incluso haberse extendido a la Biblioteca.

César en la Guerra Civil habla de la quema de los barcos, pero no hace la menor alusión a la destrucción de la Biblioteca o de los libros. Tampoco menciona el incendio de los libros de la biblioteca La Guerra de Alejandría, escrita probablemente por Hircio, amigo de César, como continuación de la obra anterior, aunque dice que César ordenó derribar unos edificios fronteros al palacio para dejar un espacio libre entre éste y el resto de la ciudad en poder de los enemigos.

Tampoco hace mención del incendio de la Biblioteca ninguna de las obras conservadas de Cicerón, contemporáneo del acontecimiento, y resulta raro que no le arrancara ningún comentario un hecho de tal magnitud como la desaparición de la Biblioteca más importante, con mucho, creada por el hombre, donde estaba recogida la casi totalidad de la cultura griega, tan admirada por él.
También sorprende que Estrabón, que vivió en Alejandría a los pocos lustros de estos hechos, y que debió de trabajar en la propia Biblioteca recogiendo materiales para su obra, no haga ninguna referencia a su incendio o a la destrucción de una gran cantidad de librasen su detallada descripción de Alejandría y del Museo. Tampoco se menciona nada de esto en La Farsalia de Lucano, 39-65 d.C., donde se hace una impresionante  descripción poética del incendio, que saltó, desde los barcos, a causa del viento, a las casas próximas y cuyas llamaradas brincaban por encima de los tejados como estrellas fugaces sin encontrar materia combustible.

La primera noticia conservada de la quema de los libros como consecuencia de la acción militar aparece en Séneca, muerto en el año 65 d.C., en De tranquillitate animi, <> y añade < cura, y buen gusto, elegantia, de los reyes. No hubo ni buen gusto ni tal interés, sino desmedida afición a los estudios, incluso ni afición a los estudios, siquiera porque la Biblioteca se formó no para que la gente aprendiera, si no para deslumbrarla>>.

Más que un claro monumento histórico es una cita incidental malhumorada. La intención del filósofo no era testimoniar el incendio, sino mostrar su desprecio por la afición desmedida de algunos contemporáneos suyos a poseer muchos libros que luego no leían. Los libros en aquellos tiempos, como ha sucedido en varias circunstancias históricas y sucede en nuestros días, daban a sus dueños un orgulloso sentimiento de superioridad proporcionado por su simple posesión. Para el propósito de Séneca, la acción de los Tolomeos, que habían reunido tal cantidad de libros, era elocuente y mucho más si podía sugerirse que su vanidoso esfuerzo encontró la justa recompensa, acabar en cenizas.
La primera noticia completa del incendio total de la Biblioteca se encuentra en Plutarco, 46-120 d.C., que escribe siglo y medio después y afirma Vida de César, que el incendio, se <>. La noticia parece completada en la biografía de Antonio, al dar cuenta de la denuncia formulada en el Senado por Octavio contra Antonio. Calvisio, amigo del primero, en la enumeración de los delitos de Antonio por sus amores con Cleopatra, denuncia que << había donado a Cleopatra las bibliotecas de Pérgamo, en la que había doscientos mil volúmenes distintos>>.
Plutarco fue hombre de mucha lectura y frecuentador de bibliotecas. Por ello en su obra cita a más de doscientos autores; pero lamentablemente no indica en cuál se ha basado para afirmar la destrucción de la Biblioteca. Es presumible que las citas de las dos biografías guarden alguna relación, es decir, procedan de una misma fuente, una tradición contraria a Antonio, al que se achaca el traslado de la Biblioteca de Pérgamo, que transformó una vaga noticia de rollos ardiendo en el muelle, en el incendio de la gran Biblioteca de la Antigüedad.
Suetonio, 70-160, no menciona el incendio en su Vida de César, aunque la explicación puede estar en que la noticia de la guerra de Alejandría es muy corta, como tampoco lo menciona otro escritor posterior, griego nacido en Egipto, que escribía a principios del siglo tercero, Ateneo. Lector avidísimo, cita en elBanquete de los sofistas, más de un millar de libros e infinitas anécdotas y curiosidades, algunas de ellas referidas a la Biblioteca y al Museo.
Como el papiro era exportado a Roma en grandes cantidades, no tendría nada de particular que hubiera ardido en los muelles un cargamento de rollos en blanco, que el rumor convirtió con el tiempo en los fondos de la Biblioteca de Alejandría.
Aulo Gelio, c. 123-168, autor que merece poca fe porque gustaba de narrar historias de muy dudosa autenticidad, cuando no son totalmente falsas, en susNoches Áticas, dice <la Primera Guerra
de Alejandría, no de manera intencionada o por orden de alguien, sino accidentalmente por los soldados auxiliares.

Dion Casio, c. 160-235, en su Historia de Roma, describe con detalle la lucha entre Aquila y César y dice que muchos lugares fueron incendiados, y como consecuencia, ardieron almacenes de grano y de libros excelentes y en gran número.
Amiano Marcelino, final del siglo cuarto, en suHistoria de Roma, refiriéndose al Serapeo, dice que en él hubo bibliotecas de enorme valor, y antiguos documentos afirman que 70.000 volúmenes, que habían sido reunidos por el gran interés de los Tolomeos, fueron quemados en la guerra de Alejandría cuando la ciudad fue saqueada, en tiempos del dictador César. Finalmente el español Osorio, escribiendo ya en el siglo quinto, en su Historia adversus paganos afirma que ardieron 40.000 libros que accidentalmente, forte, estaban en los edificios próximos a la costa. El adverbio forte ha llevado a la sospecha de que libros de la Biblioteca habían sido almacenados en el puerto porque César tenía el propósito de embarcarlos para Roma como trofeo.
Resumiendo, es seguro que el incendio no afectó ni al palacio ni a los edificios que ocupaban el Museo y la Biblioteca y es probable que tampoco a los libros de ésta y que, si ardieron algunos rollos en el puerto, serían rollos en blanco preparados para la exportación.   

La Biblioteca y el Museo remontaron esta posible crisis. Plutarco y Dion Casio los visitaron a finales del siglo I y Luciano y Galeno, ya dentro del siglo segundo. Ambas instituciones siguieron vivas pues el puesto de los reyes como protectores pasaron a ocuparlo los emperadores, y esta protección se mantuvo al menos durante los dos primeros siglos, y por ejemplo, la de Adriano fue extremadamente generosa. Sin embargo, es de suponer que la ayuda económica para el sostenimiento de la colección bibliográfica o para la adquisición de novedades, a la larga disminuyera.
Otro grave incidente que pudo afectar a la Biblioteca fue la rebelión, segunda década el siglo segundo, de los judíos contra Trajano, que originó y fue sofocada con gran violencia. Más graves, y de mayores consecuencias, fueron las luchas que se produjeron en la segunda mitad del siglo tercero, cuando, además, la situación económica del Imperio había empeorado y el interés de los emperadores, agobiados por graves problemas políticos y militares, disminuido.
En tiempos del emperador Galieno, 265 d.C., el prefecto de Egipto, L. Mussio Emiliano, se proclamó emperador y cortó el envío de víveres a Roma. Teodoro, general de Galieno, se apoderó violentamente de la ciudad, que quedó gravemente dañada. Poco después entraban en ella la tropa de Zenobia, reina de Palmira, cuyo marido Odonato, había creado un poderoso reino que detuvo el avance del naciente imperio Sasánida, y así se ganó el respeto de Galieno, que le colmó de honores. Valeriano, el sucesor de Galieno, acabó con el reino de Palmira, y según Amiano Marcelino, al recuperar Alejandría, la arrasó, quedando destruido gran parte del barrio Bruquión, el principal de la ciudad y donde estaba la Biblioteca, 272 d.C.
Es probable que la gran destrucción del barrio de Bruquión, que pudo afectar al edificio y a los libros de la Biblioteca, no se produjera en tiempos de Valeriano sino un cuarto de siglo después, en el año 296 durante una nueva conquista de la ciudad sublevada que llevó a cabo personalmente Diocleciano después de un duro asedio de ocho meses.
El cuarto fue un mal siglo para la Biblioteca por el triunfo de Constantino, que trasladó la capital a la vieja Bizancio y nueva Constantinopla y reconoció y protegió al cristianismo. Roma, capital del Imperio, no había ensombrecido el rango de Alejandría dentro del mundo helénico. Constantinopla era una poderosa rival por estar dentro de él. La Biblioteca y el Museo fueron instituciones creadas al servicio de la cultura clásica pagana y su continuación no resultaba fácil bajo la dependencia de un régimen político que la perseguía.
Por otro lado, el cristianismo fue para el pueblo egipcio, que se sentía sojuzgado por los griegos detentadores del poder, un cauce de sus sentimientos nacionalistas, y de ahí que se creara un alfabeto especial, bien es verdad que a base de añadir seis letras al griego, para difundir en la lengua nacional, el copto, los evangelios y una abundante literatura religiosa sobre temas teológicos y litúrgicos. El pueblo egipcio dejó de sentir como propios el Museo y la Biblioteca por su doble carácter helénico y pagano.
El fanatismo y la violencia en los sentimientos religiosos, no fueron exclusivos de los hombres del pueblo, entre los cuales proliferaron monjes siempre dispuestos a las algaradas callejeras y anacoretas entregados en el desierto a una vida de renunciación y exaltación combatiendo las tentaciones y los espíritus malignos.
También alcanzaron a las altas dignidades, como a Atanasio, que ocupó la sede de Alejandría durante el segundo y tercer cuarto de siglo y cuya defensa del catolicismo, frente a los emperadores que favorecían el arrianismo, le valió persecuciones y repetidos destierros, o a Teófilo, que rigió la sede entre 385 y 415 y se distinguió por su polémica y sus intrigas contra Juan Crisóstomo, obispo de la propia Constantinopla, cuyo destierro consiguió.
El comienzo de su mandato coincide con el reinado de Teodosio, 375-395, el primero de los emperadores que no quiso tomar el título pagano de pontífice máximo y que se empeñó en acabar con la herejía y con el paganismo. Teófilo consiguió que el emperador le autorizara la destrucción del Serapeo, 391, el gran templo pagano que era la esencia misma de la monarquía tolemaica. Es probable que entonces se produjera el cierre del Museo y de la Biblioteca, pues Teodosio no iba a permitir que fuera sostenida con fondos oficiales una institución esencialmente pagana. Según la Suda, enciclopedia compuesta en Bizancio a finales del siglo X, el último huésped del Museo fue el matemático Teón, que vivió en la segunda mitad del siglo cuarto.

La desapareción del Museo y de la Biblioteca no supone necesariamente la de las colecciones de libros que hubieran podido salvarse de las intervenciones militares de la segunda parte del siglo tercero. Por lo que atañe a la segunda biblioteca, la del Serapeo, hay que tener en cuenta que Teófilo, hombre muy culto y degustador de los escritos clásicos, que tomó la iniciativa de destruir el templo y los elementos de culto, no pudo dar el mismo trato a los libros. Es de suponer que los que pertenecían al Serapeo fueran trasladados a lugar seguro o que sencillamente la destrucción no afectara al edificio o instalaciones de la biblioteca del templo.
A pesar de que fueron destruidos los templos paganos y perseguidos el culto de los dioses, no lo fueron las personas. El caso de la bella  Hipatia es una excepción. Hija del citado Teón, fue una de las inteligencias más sobresalientes de su tiempo. Profesaba ideas platónicas, fue buena matemática, como su padre, y sus clases gozaron de justa fama. A ellas concurrió Sinesio de Cirene, quien, no obstante haberse educado en la tradición clásica, terminó de obispo de Tolemaida por recomendación de Teófilo, su amigo. La amistad de Hipatia con Orestes, prefecto de Alejandría, que había chocado con Cirilo, sobrino y sucesor de Teófilo, la hizo impopular entre los exaltados partidarios de éste y le costó la vida, 415. Fue sacada de su coche en plena calle y arrastrada por el suelo hasta una iglesia próxima donde murió a causa de los golpes recibidos. Para los nacionalistas cristianos este asesinato significó la muerte de la idolatría pagada.
El propio Cirilo, solo con éxito parcial, intentó acabar con los estudios de filosofía que se impartían en una escuela superior o universidad, pues en la segunda mitad de este siglo quinto, Horapollon, autor de una obra sobre Alejandría y otra sobre jeroglíficos, confiesa, en un papiro conservado en El Cairo, que seguía entregado a la enseñanza de la filosofía en una escuela universitaria que él dirigía, continuando una larga tradición familiar.
En un ambiente tan poco propicio y peligroso no tardaron en desaparecer los estudios clásicos, como sucedió en Grecia, pero aquí el fanatismo de los religiosos egipcios llevó a la esterilidad intelectual. La misma suerte irían corriendo los rollos de papiro. No había dinero para reponer los gastados por el uso o maltratados por los años, ni para adquirir nuevas obras.
Por ello es absurdo pensar que la Biblioteca pervivió hasta la conquista musulmana y que el general Amrú, el conquistador del país, procedió a la destrucción y a la quema de los libros, según una fantástica leyenda. La narra con lujo de detalles, Alí ibn al-Kiftí, 1172-1248, egipcio de origen árabe y autor de varios libros de erudición, entre ellos Tarij al-Hukama, donde cuenta que un jacobita llamado Yahya, obispo de Alejandría pidió permiso a Amrú para utilizar los libros de la famosa Biblioteca, que estaban incautados y a nadie aprovechaban. El general no se atrevió a dar la autorización sin el previo conocimiento del califa Omar, al que le consultó el caso. La contestación fue que si el contenido estaba de acuerdo con la doctrina del Corán, eran inútiles, y si tenían algo en contra, debían destruirse. Así que Amrú los distribuyó entre las numerosas casas de baño y eran tantos que éstas tuvieron combustible para seis meses.
La leyenda muy bien pudo nacer, por un lado, de la gran impresión y desconfianza que en los analfabetos árabes, recién salidos del desierto, debieron de causar los numerosos rollos de papiro y los códices que encontraron en abundancia con textos documentales, literarios, religiosos y científicos; por otro, de la necesidad de explicar la desaparición de la biblioteca, cuya existencia se conoció más tarde en el mundo musulmán cuando se tradujeron las obras de los grandes filósofos y científicos griegos al árabe.


miércoles, 3 de abril de 2013

La Piedra de Rosetta

La Piedra de Rosetta es una losa de basalto negro que fue hallada en 1799 cerca de la aldea de Rosetta, durante la ocupación de Egipto por las tropas de Napoleón Bonaparte.


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Es un fragmento d estela, fechada en el 196 a.C. cuyas medidas son 114 x 72 x 28 cm., en la que aparecen tres inscripciones diferentes: los primeros catorce renglones en caracteres jeroglíficos (utilizados en Egipto en los monumentos), los treinta y dos centrales en escritura demótica (una escritura simplificada y popular empleada en Egipto desde alrededor del año 1000 a.C.) y los cincuenta y cuatro restantes en griego. La Piedra Rosetta se convirtió en una "clave" esencial para poder descifrar los jeroglíficos, y hoy se suele usar la Piedra Rosetta como referencia cuando se logra descifrar algo que,  de lo contrario, hubiera sido imposible comprender.

Gracias a ella, en 1822, el investigador Jean François Champollion (1790-1832) descifró, después de más de diez años de enormes esfuerzos, el misterio, hasta aquel momento "científicamente insoluble", de los jeroglíficos egipcios


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Desde el siglo XVII muchos investigadores habían tratado de interpretar los signos que se hallaban a la vista de todos, pero que guardaban celosamente su secreto; tanto que entre los mismos egipcios estaba extendida la superstición de que encerraban eternas maldiciones para quien intentara descifrarlos. A lo largo de los siglos, alguno de estos signos, como la serpiente, habían sido incluso mutilados para evitar su supuesto efecto maléfico.

Los jeroglíficos se usaron en Egipto entre el cuarto milenio a.C. y el siglo IV a.C. Según Champollion, "es un sistema complejo, una escritura a la vez enteramente figurada, simbólica y fonética, en un mismo texto, en una misma frase, en la misma palabra". Inicialmente habia signos que representaban un objeto material y también una idea relacionada con él (un disco representaba al sol y al día). Enseguida estos ideogramas o signos-palabra sirvieron para transcribir además el vaflor fonético de la palabra original y poder representar así otra homófona (la palabra escarabajo tiene las mismas consonantes que el verbo convertirse "kh-p-r"). Las vocales no se escribían: el sistema jeroglífico reproduce el esqueleto consonántico de las palabras. Un mismo signo

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puede representar ideas distintas y palabras diferentes pueden pronunciarse de la misma manera, por lo que las confusiones no son difíciles.

Según Champollion, la escritura jeroglífica había utilizado también, desde tiempos muy lejanos, un alfabeto fonético en el que los signos correspondían al sonido inicial de la palabra que representaban; esto era necesario para transcribir nombres extranjeros a la lengua egipcia. Champollion afirma incluso que este alfabeto fonético fue el modelo sobre el que se basaron los alfabetos de las naciones asiáticas occidentales, especialmente el hebreo, caldeo y sirio.

En el texto griego de la piedra aparecían numerosos nombres propios de personajes griegos. Champollion dedujo que para transcribirlos a la escritura demótica egipcia se empleaban signos que correspondían a los sonidos de estos nombres extranjeros. Lo mismo ocurría en el fragmento de escritura jeroglífica, pero, al ser éste incompleto, el único nombre propio que aparecía traducido del griego era el de Ptolomeo. Champollion estudió otras inscripciones: en el obelisco de Philae aparecía el nombre de Ptolomeo IX con idénticos símbolos y además el de una Cleopatra. La comparación de caracteres

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coincidentes le facilitó el significado de doce signos o fonogramas. Las crónicas se contradicen al explicar cómo se encontró la piedra de Rosetta. Se cuenta que el hombre que la descubrió de modo casual, quedó fascinado y su reacción inmediata fue la de echarse a correr dando alaridos, como si temiese sucumbir a un mágico hechizo.
Otros dicen que no le concedió ninguna importancia. Tampoco se sabe con certeza quién fue este hombre: tal vez el jefe de las fuerzas de zapadores de Napoleón, Dhautpoul o quizá el capitán Bouchard, encargado de dirigir los trabajos de consolidación de la antigua fortaleza de San Julián, a siete kilómetros de la aldea de Rosetta; pero parece más probable que fuera un soldado a sus órdenes.

(Fuente. Revista Cejillas y Tejuelos. Artículo escrito por Verónica Navarro Davó)



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Fuente:

martes, 28 de febrero de 2012

Despiden al Director de la Biblioteca de Alejandría y a la esposa de Mubarak, asesora de esa institución Egipcia



El Gobierno de Egipto ha aceptado la petición formulada por el Comité de Cultura, Turismo y Medios de Comunicación de la Asamblea Popular para que se procediera al despido del director de la Biblioteca de Alejandría, Ismail Serageldin, así como el de todo el comité de asesores, encabezado por la esposa del ex presidente Hosni Mubarak, Suzanne Mubarak.

   En su recomendación de este lunes, el comité ha pedido que se abra una investigación contra Serageldin por "todos los casos de corrupción financiera y administrativa" relacionados con la biblioteca. El director del comité, Mohamed al Sawy, ha dicho que es necesario disolver el comité de asesores y nombrar un consejo temporal para preparar un mecanismo adecuado para controlar los nombramientos.

   Al Sawy ha recomendado que la nueva legislación se destine a establecer una visión de cara al futuro de la biblioteca y la administración. Además, ha pedido que se purgue de la organización a todas las personas involucradas en las prácticas corruptas de la dirección durante el mandato de Mubarak.

   Por otra parte, Al Sawy ha pedido que se abra otra investigación contra todos los contratistas e ingenieros que estuvieron a cargo de la construcción del edificio, cuyo techo y otras partes del conjunto han comenzado a presentar roturas.

   El parlamentario Yasser Abdel Rafie, quien solicitó que se investigara a la institución, ha señalado que el mandato de Serageldin comenzó en abril de 2011 y llega a su fin en 2016. Además, ha recalcado que el ex secretario general del desaparecido Partido Nacional Democrático en la localidad, Said al Dakak, todavía trabaja en la biblioteca a cambio de un salario mensual de 30.000 libras egipcias (3.704 euros), según ha informado el diario egipcio 'Al Masry al Youm'.

Fuente:
http://www.europapress.es/internacional/noticia-egipto-destituye-mujer-mubarak-frente-biblioteca-alejandria-20120228085743.html

martes, 20 de diciembre de 2011

Incendian la gran biblioteca de Egipto







En medio de las protestas que asolan El Cairo, capital de Egipto, el célebre Instituto de Egipto se incendió a causa de choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Fundado en 1798, durante la expedición de Napoleón a Egipto, contiene 20.000 documentos únicos. Voluntarios lograron rescatar parte de ellos, aunque todavía no se sabe cuáles fueron los daños.



Fuentes:

http://www.mdzol.com/mdz/nota/349935-incendian-la-biblioteca-de-egipto/
http://orbe.perfil.com/2011/12/19/queman-la-gran-biblioteca-de-egipto/






viernes, 11 de febrero de 2011

Egipto celebra la renuncia de Mubarak

Los festejos se extendieron por varios países del mundo. Qué dijo Obama. Galería de fotos de las manifestaciones de júbilo en El Cairo.
Los cientos de miles de manifestantes concentrados en la plaza Tahrir (de la Liberación) de El Cairo estallaron de alegría al anunciarse hoy la renuncia del presidente egipcio, Hosni Mubarak, tras treinta años en el poder, y luego de 18 días de violentas protestas. Una celebración que se extendió a otros países del mundo. En tanto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, salió a hablar tras la noticia, y dijo que con la esperada renuncia recién se inicia el período de "transición" de Egipto.
"¡El pueblo ha hecho caer al régimen! ¡El pueblo ha hecho caer al régimen!", gritaba una multitud en esta plaza convertida en símbolo del movimiento de protesta iniciado el 25 de enero contra Mubarak, constató la agencia AFP. Los manifestantes gritaban de júbilo y agitaban banderas egipcias. Algunas personas se desmayaron incluso por la emoción.
Mientras tanto, los Hermanos Musulmanes, el más articulado de las fuerzas opositoras de Egipto, felicitaron este viernes al pueblo por la rebelión que derribó al presidente Mubarak y al ejército por haber "cumplido sus promesas", declaró a su portavoz Isam El Eryan. Las celebraciones se extendieron por varios países del mundo, sobre todo de Medio Oriente.
Obama, por caso, dio un breve discurso en la Casa Blanca, tras conocerse la noticia de la renuncia de Mubarak, y dijo que este acontecimiento representa "no el fin de la transición, sino su comienzo" en Egipto, un país que "no volverá a ser el mismo". Al tiempo que vaticinó que habrá días difíciles por delante y que ahora muchas preguntas quedan sin respuesta.
El presidente de Estados Unidos, país que era aliado del gobierno de Mubarak hasta que comenzaron las protestas, afirmó estar seguro de que los egipcios responderán pacíficamente a esas interrogantes. También alabó el carácter constructivo de las protestas en El Cairo y advirtió que nada menos que una democracia será aceptable en ese país. "Hay muy pocos momentos en nuestras vidas donde tenemos el privilegio de presenciar la historia y este es uno de ellos", precisó.
Fuente:
http://www.perfil.com/contenidos/2011/02/11/noticia_0020.html

martes, 8 de febrero de 2011

Dos caras de la misma moneda..?? [Egipto-Cuba]


[Información y Poder o el poder de la información para Dominar…?]

En Egipto las redes sociales e internet hicieron que el escenario sea diferente...(Yoani Sanchez- Bloguera Cubana )

La bloguera Yoani Sanchez comparó la inercia de su pueblo, "gobernado hace años por la misma familia", con lo que ocurre en Egipto y destacó que "el hecho de que en Cuba el monopolio estatal sobre la información sea total hace que sea muy difícil organizarse"

Es casi imposible no hacer un paralelismo entre las revueltas ocurridas en Egipto, donde el pueblo reclama la salida del presidente Hosni Mubarak, y la quietud de los cubanos, casi resignados, al poder de los Castro.

"Es muy impresionante ver las imágenes de El Cairo y comparar con la inercia ciudadana en Cuba, gobernados hace años por la misma gente", analizó  la bloguera Yoani Sánchez, para quien "el hecho de que en Cuba el monopolio estatal sobre la información sea total hace que sea muy difícil organizarse como ciudadanos".
Sánchez consideró que "en Egipto las redes sociales e internet hicieron que el escenario sea diferente" al que viven en la isla".

Aunque también le adjudicó un porcentaje en la contribución a la inercia al control y al miedo. "Los cubanos estamos paralizados por el temor de perder el empleo. Aquí el gobierno domina todo y eso es bastante paralizante", destacó.
Instada a dar un mensaje a los argentinos que dicen admirar el modelo cubano, Sánchez consideró que "se puede querer al pueblo cubano, pero no a la gestión de los Castro en el poder".

"A esas personas las invito a pasar un mes en Cuba como vive un cubano, con salarios que no llegan a un dólar diario", agregó.
Acerca de si es correcto, según su parecer, referirse a Cuba como una dictadura, Sánchez opinó que "la palabra se vició mucho y algunos tienen temor de usarla en el caso cubano".

Y destacó: "Acá vivimos en un totalitarismo, el control va sobre todas las esferas de la vida".
Fuente:


martes, 1 de febrero de 2011

Magreb; Los pueblos hacen tronar el escarmiento…

"El tirano solo existe en la mente de sus súbditos, el amo solo reside en la percepción del esclavo..." Tamin Al-Baghouti, poeta palestino
De las criaturas vivientes, podríamos decir que el bípedo-humano es la más perfecta e inimitable creación en evolución permanente en todos los segmentos donde  aplica su inteligencia y laboriosidad. 
Esa especie que fue gestadora de prohombres (mención arbitraria ciertamente) de un Pasteur, Teresa de Calcuta, Mandela, Verdi, Da vinci, Aristóteles, Galileo, J.Salk, G.Marconi, Lumumba,  Ptolomeo I Sóter, y miles, miles  más…tambien concibió en su seno a criminales de diversa catadura  y por citar algunos pocos : G Bush, laurenti Beria, Pol Pot, Hitler, Bokassa, Stalin, y otros innombrables …
Asi tambien genero democracias estables y admirables sistemas de participación popular y tambien las retrogradas y extemporáneas dictaduras que aun pululan en algunas sociedades cuasi medievales.
Pero en estos dias los hastiados pueblos Magrebíes, estallaron.
Túnez dijo basta y el pueblo en las calles expulsó al corrupto presidente El Abidine Ben Alí después de permanecer y enriquecerse 23 años en el poder…Hoy tambalea El aliado de los Yankees en Egipto el dictador (30 años de azote) Hosni Mubarak, cuya familia huyo a Londres…y esto sigue, hay agitaciones en todo el Magreb y es de esperar que Libia, Marruecos y Argelia vayan en la misma dirección. 
Cuando los pueblos se deciden a la lucha suelen ser invencibles, dijo nuestro General Perón. La democracia tarda pero llega, en nuestro país la recuperamos hace 28 años y estamos en plena consolidación republicana.
Solidaridad con el pueblo egipcio y con todos  los pueblos que luchan por romper las cadenas de la opresión; para derrocar en las calles a las dictaduras de todo tipo que se enquistaron en el poder para cegar las potencialidades de crecimiento estructural,  personal y social en cualquier comunidad.
"Nada estalla de repente; aun los terremotos se ponen en movimiento desde la profundidad de la tierra hasta los techos de los poblados" Mourid Barghouti, poeta Palestino